El Camino del Agua en Mogarraz: la perfecta simbiosis de arte y naturaleza

Impactante. En su doble vertiente. Puedes amarlo o aborrecerlo, pero no te deja indiferente, no deja a nadie indiferente. Así es el arte moderno y así es también la Ruta El Camino del Agua, una propuesta turística planteada por la Diputación de Salamanca que aúna arte y naturaleza.

Este sendero nace y muere en la localidad serrana de Mogarraz, atravesando el pueblo de Monforte de la Sierra y recorriendo diferentes instalaciones artísticas planteadas por diversos autores, que han plasmado su visión en forma de jaulas, sillas, etc.

En nuestro grupo este arte moderno motivó una grata discusión. Para unos todos estos añadidos sobran en un camino tan hermoso. Para otros es un condimento más, que se funde a la perfección con la naturaleza.

Si te decides a hacer este sendero nos gustaría que nos escribieras tu opinión al respecto dejándonos unas líneas en la página de “contacto”.

Al margen de opiniones, lo que es indiscutible es la belleza de una senda que discurre paralela a varios cauces de agua, alimentando al caminante con el rumor del fluir acuático.

El recorrido se inicia en la parta alta del pueblo, cerca del aparcamiento situado junto a la carretera. El primer tramo discurre en un ligero descenso para después dirigirse hasta la población de Monforte de la Sierra.

Monforte puede presumir de tener las mejores croquetas caseras de la sierra. Damos fe de ello. De hecho, barrimos con todos los pinchos expuestos en la barra del único bar del pueblo. El senderismo no está reñido con la gastronomía. Para nosotros, más bien, son complementarios. De hecho este blog, en vez de Diario Senderista podría haberse denominado “Croqueta o Revienta”, “No sin mis croquetas” o algo parecido…y no es broma. Todos somos contingentes, pero las croquetas son necesarias.

Como podéis imaginar, después del homenaje a la croqueta de la abuela, la segunda parte del paseo fue un dejarse rodar, casi literal además.

Curiosamente el único tramo de dificultad de la ruta se halla en los últimos dos kilómetros, cuando el camino tiende bastante hacia arriba buscando el alto donde se sitúa Mogarraz.

Al finalizar el paseo, merece la pena darse un garbeo por Mogarraz y disfrutar de la autenticidad de las construcciones típicas de la sierra, de sus batipuertas y de su original exposición de retratos de los vecinos en las fachadas de las casas, realizados por el pintor salmantino Florencio Maíllo.