El Castañar del Duque o cómo despistarse en una senda

Lo reconozco: nos perdimos. Sin más. Sin excusas. Sin pretextos. Nos despistamos en la ruta y nos fuimos muy lejos… Mejor dicho, yo me despisté y arrastré a mis compañeras. Por suerte tienen muy buen carácter. Son cosas que pasan.

No somos guías de montaña y, salvo en algún caso excepcional, tampoco expertos montañeros. Simplemente somos apasionados por el monte. En ocasiones “se nos va la pinza” y añadimos kilómetros extra a nuestro plan de ruta. En esta en concreto sumamos 5 km más a los previstos. No pasa nada… ¡Podía haber sido peor!

Un paisaje de ensueño, el avistamiento de algún ave, cualquier seta en el camino o una conversación interesante son motivos más que justificados para que dejemos el mapa de Wikiloc durante un rato. En el Castañar del Duque íbamos tan enfrascados en la charla que enlazamos érroneamente con otro sendero y, ya de regreso, dirigíamos nuestros pasos a La Gargantilla.

Todo ocurre por algo. Y en este caso ha servido para “catar” un pizco del delicado aroma del camino a La Gargantilla, una verdadera “delicatesen” que hay que saborear en breve, tan pronto como sea posible.

El tendido de sol de la plaza de toros de Hervás es el punto de partida del paseo por El Castañar del Duque. Es una pista bien señalizada (sip), que apenas presenta tres o cuatro desniveles de escasa inclinación. Entre musgo y castaños, la mente y la vista juegan a relajarse.

A mitad del trayecto hay un merendero donde reponer fuerzas al sol. Junto a él, un puente antiguo realizado con ramas absolutamente retro. Y un poco más adelante una casa abandonada, integrada en la naturaleza, mimetizada con el hábitat.

Lo mejor de los paseos son los diálogos. Esta vez uno de ellos versó sobre el paso del tiempo en los cuerpos y los sonidos de las articulaciones en la edad madura. También descubrimos las ventajas del Yoguilates para los dolores de espalda. ¡Nunca te acostarás sin aprender algo nuevo, amigo