Ruta de las 6 lagunas en la Serra da Estrela (Portugal)

Me apasiona el espacio exterior. Una de mis mayores aficiones fue siempre mirar al cielo e imaginar que podría haber allá fuera, donde las estrellas. La posibilidad de viajar al espacio exterior ya es nula, por eso he vuelto la mirada a la tierra, este impresionante y maravilloso planeta que me acoge desde el primer día de vida y aguarda aún por ser descubierto, admirado y mimado.

Hace unos días, nos aventuramos a descubrir los paisajes de la Serra da Estrela (Portugal) a solo 2 horas de viaje en coche desde Salamanca. Este espacio, tan cercano y desconocido a la vez, alberga sitios que nos transportarán a escenarios dignos de las mejores películas de ciencia ficción. Recorrer la Ruta de las 6 lagunas ha sido una especie de viaje que yo definiría como “Interstellar” (a ratos, nos hemos sentido como los protagonistas del filme de igual nombre).

La ruta se presta para cualquier época del año. Yo descartaría los días más gélidos o con precipitaciones, ya que discurre por una sierra y estaremos a más de 1.500 metros de altitud. Primavera-verano sería lo más recomendable: días despejados con buena visibilidad que nos permitan disfrutar en plenitud del paisaje y capturar fotos de calidad.

Nuestro recorrido transcurrió en una jornada de domingo con tiempo cambiante. Ya vamos notando los efectos del cambio climático: tras un sábado primaveral nos llega un domingo frío y con precipitaciones. Sin mucha previsión para este cambio de tiempo, nos adentramos en la montaña.

Si dividimos la ruta en 2, tendremos una primera parte fácil, con un sendero marcado, de pendiente moderada, donde con poco esfuerzo iremos disfrutando de las vistas de la sierra, de una flora única y por supuesto de las lagunas.

En la segunda mitad, la ruta se nos complica un poco. Ya no tendremos senderos visibles, ni marcados, si no montaña pura y dura. Habrá que tirar de orientación bien por medio de dispositivos GPS, bien por medios tradicionales. En nuestro caso,  contamos con la inestimable ayuda de Primavera, una labradora joven y despierta, que siguiendo el rastro de anteriores montañeros, nos guió prácticamente todo el trayecto.

Pero hemos tenido un pequeño contratiempo. ¿Qué es la vida sin emoción?… A poco más de 1 Km para completar el recorrido la niebla se hizo muy densa, la lluvia algo más fuerte, la visibilidad casi nula, y como guinda los terminales móviles quedaron inútiles por falta de batería.

En estos casos, lo mejor es mantener la calma, el buen ánimo, agudizar nuestros sentidos y cooperar de manera absoluta. Tras un momento de incertidumbre, continuamos en el sentido que nos indicaba la última visual de la ruta que seguíamos desde el móvil, hasta escuchar ruidos de coches provenientes de una carretera cercana, que no alcanzábamos a ver por causa de la niebla.