FICHA TÉCNICA
Recorrido: Doñinos de Salamanca – Carrascal – Parada de Arriba – Barregas
Distancia: 15,43 kilómetros
Circular: SI
Dificultad: Fácil
Tiempo total: 3 horas 47 min
Tiempo en movimiento: 3 hora
Cota máxima: 845 metros
Cota mínima: 784 metros
Desnivel máximo: 96 metros
Recomendable con niños: SI
Recomendable para inexpertos: SI
Mejor época: Otoño, invierno y primavera.
Empezamos en Doñinos con la suerte de encontrar un bar abierto para el aporte cafeínico de primera hora y la verdad que me sorprendió encontrarnos tanta gente a las 9:30 de la mañana de un domingo. Irían a misa.
Ya con el café en el cuerpo pusimos en marcha nuestras apps de gpx, una con el mapa en el que nos inspiramos para esta ruta y otra con la grabación para que quede en la memoria y en esta descripción. Hicimos bien en grabar porque como nos vimos tan raudos agrandamos la ruta unos 5 km más de lo previsto.
El camino lo empezamos por la calle Carrascal de Doñinos, nombre idóneo para la calle ya hacia Carrascal íbamos. Al encontrar la pista de tierra torcimos a la izquierda por la calle Sector Ur-R1-P, un nombre no tan agradable. Esta calle pasa por detrás de los últimos adosados del norte urbano de Doñinos.
Un poco más adelante encontramos la única bifurcación señalada de nuestra ruta. Nos decidimos ir hacia el oeste para encontrarnos primero con el pueblo que da nombre al término municipal de Carrascal de Barregas. Es un municipio curioso, ya que tiene su territorio en un archipiélago de terrenos. Sus localidades son: Barregas, Cabrasmalas, Calzadilla de la Valmuza, Carrascal de Barregas, Cubito, Fraguas, Golpejera, La Estación, Megrillán, Montalvo Cuarto, Montalvo Segundo, Montalvo Tercero, Morales, Palacio López Rodríguez, Palacio Villalones, Porteros, Rodillo, Sanatorio Martínez Anido, Torrecilla de Miranda, Peñasolana, Torrecilla de la Valmuza, Urbanización Oasis Golf y Urbanización Peñasolana. ¿Quien da más?
Primer pueblo, Carrascal
Carrascal tiene el encanto de lo ajado. No parecen vivir más de 2 familias. La Iglesia de San Pedro, localizada justo al lado del antiguo ayuntamiento, se levanta soportando el paso del tiempo y dando asilo a cigüeñas. Cruzamos el pueblo bastantes ligeros continuando hacia el oeste y a estas alturas nos dijimos: ¿Y si continuamos hasta Parada de Arriba que puede tener algún bar abierto? Dicho y hecho.
Fue una estupenda decisión, ya que el camino entre cultivos lo amenizó una charca justo antes de llegar a la población. Una señora nos explicó que en aquél oasis se pueden encontrar en muchas ocasiones aves migratorias extraordinarias. El primer intento de pregunta por el bar nos salió rana, ya que nos contestó un señor de esos que dan mala fama a los charros. Pero enseguida dimos con el local por nuestro propio pie. En un principio cerrado, pero el tabernero salió a nuestra recepción enseguida para ofrecernos pasar, perro incluido.
De Parada a Barregas ¿Existe sendero directo?
Desde Parada estuvimos especulando ir por otro sendero para llegar a Barregas, nuestro siguiente objetivo, pero fuimos advertidos de que por el sendero norte había que llegar casi hasta Florida de Liébana para luego poder coger un sendero que fuese hasta Barregas. Así que nos volvimos por el mismo sendero dirección Carrascal hasta encontrar el cruce que nos llevaba a Barregas. Si sabéis de algún sendero podéis dejarlo en los comentarios.
Aquí empezaron las primeras cuestas. Super ligeras, apenas se notaban. Y con ellas también algunas arboledas de encinas que marcaba un territorio más salvaje tal como nos acercábamos al Tormes, el cual no llegamos a ver, ni siquiera nos pudimos acercar por tanto vallado. Enseguida llegamos a la localidad devastada por la despoblación de la provincia. En Barregas la vida se intuye del pasado con casas derribadas y los terrenos parcelados. Alguien debe quedar viviendo aquí porque, para nuestra sorpresa, nuestro camino siguió por asfalto hasta Doñinos. Menos mal que teníamos un día nublado, en un día de sol nos hubiésemos cocido.
Salvajes armados
Para acabar quiero destacar algo que he visto mucho por esta zona y que me parece un vandalismo salvaje inapropiado para el siglo XXI. Son las señales de tráfico con marcas de tiros como podéis ver en la foto. En este caso parecen de balines o perdigones, pero he visto casos de agujeros de bala que en cuanto las cace con foto lo denunciaré también.
No sé quién lo hace ni con qué motivación, eso sí, si alguno de esos montaraces os lo cuenta le decís de mi parte que vuelva a la cueva del medievo de donde no debió salir.