FICHA TÉCNICA
Recorrido: Laguna negra – Laguna Larga – Pico Urbión – Nacedero del Duero – Laguna Helada
Distancia: 13,22 kilómetros
Circular: SI
Dificultad: Media
Tiempo total: 7:30 horas
Tiempo en movimiento: 4:30 horas
Cota máxima: 2.233 metros
Cota mínima: 1.586 metros
Desnivel acumulado: 715 metros
Recomendable con niños: No
Recomendable para inexpertos: No
Mejor época: Primavera
Visitamos los Picos de Urbión, la más elevada del Sistema Central, en Soria, que divide las cuencas del Duero y del Ebro. Alta montaña con el pino silvestre (Pinus sylvestris) como protagonista, esta sierra también es Reserva Regional de Caza. Podemos citar a la perdiz roja, la paloma torcaz, la tórtola común, la codorniz y multitud de aves acuáticas, pero el verdadero protagonista es el corzo que dispone en estas tierras de un gran número de miembros. Comparte el territorio con jabalíes, ciervos, tejones, zorros y muchos otros animalitos que dan vida al valle.
Índice
Parking con tarifa
Iniciamos la ruta desde el parking del paso de la Sierra de Picos de Urbión.
Debes saber que hay dos parkings, uno junto a la Laguna Negra de acceso solo para autorizados y el público de pago donde aparcamos, un par de kilómetros más abajo. Nosotras llegamos tarde (pasadas las 20:00 horas) y no había nadie para cobrarnos, así que decidimos pasar la noche allí mismo para salir prontito al día siguiente.
La ruta comienza justo al lado del chiringo que tienen montado allí.
No penséis en acampada libre, está prohibida por ser parque natural protegido, bueno, en España la legislación es bastante dura con esta modalidad de nocturnidad. Así que o duermes dentro de un vehículo o haces vivac.
El bosque antiguo
Amanecimos a las seis y media, con el sol, y después de un desayuno importante echamos a andar a través de la Senda del bosque a la Laguna Negra.
Toda la ruta es impresionante, pero este sendero de poco más de dos kilómetros atraviesa uno de los bosques más espesos, verdes y antiguos que he visto en España.
Abundan los pinos negros (Pinus nigra) y pinos silvestres (Pinus sylvestris) mezclados con hayas (Fagus sylvatica) sobre todo, y algunos ejemplares impresionan de lo grandes que son.
La senda discurre junto a un arroyo de agua muy fresca, pura y abundante. Se ven multitud de pájaros, helechos, y ardillas… Y si agudizas la vista tendrás sorpresas, nosotros vimos un corzo a muy poca distancia.
La laguna negra de agua esmeralda
Dicen que se llama así porque los muros de roca oscura que la circundan se reflejan en sus aguas. Pero lo cierto es que sus aguas son verdes y turbias, y están llenas de carpas enormes. Es de una redondez que no parece natural. Simétrica, silenciosa, una olla perfecta cuyos riscos rocosos la guardan con majestad. El valle entero es de origen glaciar y es muy fácil imaginar cómo era cuando el hielo lo cubría. Es un sitio perfecto para llevarte a los peques a entender la formación de un glaciar.
Las leyendas de los Picos de Urbión cuentan que la laguna Negra no tiene fondo. También hay quien dice que se comunica con el mar mediante cuevas y corrientes subterráneas. También se dice que hay un ser que vive en su fondo y que devora todo lo que cae en ella al estilo del Lago Ness. La leyenda más extendida es la de la ausencia de fondo que es la que escribió Antonio Machado en 1912, «La tierra de Alvargonzález».
“Soy hombre extraordinariamente sensible al lugar en el que vivo. La geografía, las tradiciones, las costumbres de las poblaciones por donde paso, me impresionan profundamente y dejan huella en mi espíritu […] Soria es lugar rico en tradiciones poéticas. Allí nace el Duero, que tanto papel juega en nuestra historia. Allí, entre San Esteban de Gormaz y Medinacelli, se produjo el monumento literario del Poema del Cid […] Subí al Urbión, al nacimiento del Duero. Hice excursiones a Salas, escenario de la trágica leyenda de los Infantes. Y de allí nació el poema de Alvargonzález”.
La realidad es que su profundidad máxima no supera los 8 metros.
Encontraréis paneles explicativos y una pasarela de madera que la rodea (la ruta entera está muy bien señalizada, es difícil perderse si no sales de las sendas marcadas). Además hay multitud de vías de escalada.
Ojo, porque está prohibido bañarse, no vayas a ir de dominguero a darte un chapuzón y te lleves un chasco.
Primer ascenso
Este tramo es el más duro por tener unos 60º o 70º de desnivel, pero es muy cortito, menos de un kilometro. Se coge también de bajada a la vuelta, así que cuidado con las rodillas, lesiones, etc. y teniendo mucha roca suelta es mejor que quienes suban tengan experiencia en montaña o vayan acompañados de expertos. Tiene pequeños remansos que se asoman como balcones a la Laguna Negra que vas viendo cada vez más lejana, bellísima, tan quieta y perfecta… Aprovechamos para hacer fotos, claro.
El valle de Heidi
Cuando llegas arriba, por encima de los riscos de piedra que circundan la Laguna Negra, se allana el camino y comienza un suave ascenso que se bifurca para ir al Urbión por la Laguna Larga o por la Laguna Helada. Nosotras elegimos la Laguna Helada de subida.
Es un valle de pastos compuesto por especies como el biércol (Calluna vulgaris), enebro (Juniperus alpina) y arándano (Vaccinium myrtillus), característicos de la Sierra de Picos de Urbión. Los árboles cada vez son más pequeños y dispersos, y abundan los riachuelos propios de los neveros y las aguas más altas. Todo el valle es una morrena gigante y, por su aspecto, no puedes evitar acordarte de Heidi, Pedro y Niebla. Además hay ganado suelto, vimos vacas y ovejas.
La laguna larga
El valle desemboca en una laguna pequeña y alargada que debes rodear. Aquí sí puedes bañarte, aunque el fondo es limoso y estaba llena de algas, así que no resultaba muy apetecible, pero es perfecto para refrescar la cabeza. Al salir debes vadear un cerro y el desnivel aumenta, porque ya está cerca el pico Urbión.
El pico Urbión
El Urbión con 2228 metros es el pico más alto de la Sierra de Picos de Urbión perteneciente a los municipios Duruelo de la Sierra y Viniegra de Abajo. Desde lo alto se divisa gran parte del Sistema Central de las provincias de Burgos, La Rioja y Soria. La mirada se pierde en esta gran panorámica avistando hasta el pico Moncayo en la frontera entre Zaragoza y Soria.
Para coronarlo debes ascender a través de un pequeño cañón de caliza donde encuentras una cruz de metal negro y una peña a agujereada que pone una ventana muy especial con vistas al sur. Ya en la cumbre encontramos un poco de tráfico por la multitud de senderistas que vienen a disfrutar del excelente paisaje 360 grados.
Las fuentes del Duero
Algo que nos contó un lugareño es que el Duero no nace cada año en el mismo punto, sino que algunos años empieza a manar más arriba, otros más abajo del punto indicado. Lo cierto es que todo el valle manaba agua, imagino que en primavera rezuma, y según vas llegando al nacedero oficial con el cartel ya se forma un cauce con algo de agua. De pronto encuentras una pequeña cavidad lateral, desde las entrañas de la tierra, que mana un chorrito de agua muy alegre, muy pequeñito. Y ese es el Duero en su origen. Es emocionante descubrirlo, humilde, casi podrías pasarlo de largo, y pensar en qué pedazo de río se convierte luego. Acércate con reverencia, no lo ensucies nada más nacer. Siente gratitud por la vida que nos regala. Y disfruta del sonido de su nacimiento, en silencio.
Unos metros más abajo hay una gran placa con unos versos procedentes de un romance de Gerardo Diego, creo que están muy bien elegidos porque se respira soledad:
Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja;
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Un desvío sin indicaciones
No sé si fue por la emoción de ver cómo nace el Duero, o porque amenazaba tormenta, pero el caso es que al cabo de un rato salimos escopetados cauce abajo y a dos kilómetros nos dimos cuenta que íbamos mal encaminados (había que volver atrás hacia el Urbión y coger un desvío), así que en nuestro track se refleja un atajo que improvisamos campo a través y que nos salió fenomenal, porque no tuvimos que deshacer lo andado y nos condujo directamente a una cómoda pista de tierra que nos llevó a nuestro siguiente hito.
La laguna helada
Esta es otra laguna de los Picos de Urbión parecida en composición y altura a la Laguna Larga. No estaba helada (Oooh!). El entorno es aún de alta montaña y marca el inicio del descenso de nuevo a la Laguna Negra a través del tramo más duro del inicio. Cuando la dejas atrás el desnivel aumenta de nuevo hacia abajo cada vez más y te internas de nuevo entre bosques y vacas donde había un rebaño de ovejas bien lanosas con unos cuantos perros que las guardan, ladradores pero que en todo momento mantienen las distancias.
Fin de ruta
Al salir de la Laguna Negra y ya en la carretera, hay un chiringuito que ofrece torreznos típicos de la zona. No recomendamos comerlos aquí por su precio algo elevado, aunque no pudimos evitarlo, ya que no habíamos comido gran cosa y estábamos hambrientos. Volvimos al punto de inicio por la carretera, que no está apenas transitada y también va entre bosque espeso y hermoso, pero si el cansancio no te ha hecho mella, puedes volver por la senda del bosque y disfrutar por última vez de su magia.
Subí hace un par de años y me pasó lo mismo a la vuelta. Nos pasamos el camino y tuvimos que deshacer un poco. Al final llegamos por un atajo a lo alto de la Laguna Negra. Una «ascensión» muy recomendable.