FICHA TÉCNICA
Recorrido: Parrissal – Pasarelas del río Matarranya – Les Gubies – Estrets del Parrissal
Distancia: 7,89 kilómetros
Circular: No, ida y vuelta
Dificultad: Fácil
Tiempo total: 3 horas
Tiempo en movimiento: 2 horas
Cota máxima: 882 metros
Cota mínima: 660 metros
Desnivel acumulado: 470 metros
Recomendable con niños: SI
Recomendable para inexpertos: SI
Mejor época: Primavera y Otoño. Cuidado con las lluvias.
Nos adentramos por el nacimiento del río Matarranya para descubrir formaciones maravillosas de la naturaleza: Els estrets del Parrissal.
Es un espacio protegido que se encuentra en la comarca de Matarranya, con lo cual tendremos que hacer mucho caso a la señalización y a los guías del lugar. Podéis tener más información en la página web del Ayuntamiento de Beceite y sus hojas informativas para excursionistas.
Lo primero curioso que nos encontramos es que siendo Aragón tenemos muchos carteles en catalán. Esto es por estar situado en lo que se conoce como la Franja.
Beceite es uno de los 62 municipios catalonófonos de Aragón. Por eso hemos respetado los nombres de los lugares en su idioma original.
Cosas que debes saber
Hay dos aparcamientos donde podemos dejar el vehículo cómodamente para iniciar la ruta. Siguiendo el camino del Parrissal nos encontraremos con un Punto de Control, donde indicaran en qué parking podemos aparcar:
Parking nº 1: Situado en el mismo Punto de Control, a 3 Km de la población. Al dejar aquí el vehículo, tendremos que continuar durante 40 minutos a pie para llegar al merendero donde se encuentra el Parking nº 2. El coste de este parking es: 2€/moto, 5€/coche, 5€/autocaravana, 20€/minibús de máx 20 plazas.
Parking nº 2: Ubicado a 6Km de la población. En este parking se sitúa el merendero. El coste de este parking es: 4€/moto, 10€/coche, 10€/autocaravanas, 30€/minibús de máx 20 plazas.
Está prohibido el acceso con perros o animales domésticos. También está prohibido el baño durante todo el recorrido.
No solemos decirlo porque entendemos que nuestros lectores ya son conscientes, pero es recomendable realizar la ruta con calzado de montaña, a ser posible botas altas para proteger el tobillo de cualquier lesión.
Los bastones hacen el camino más llevadero y nos ayudan en los desniveles que encontremos. Y tampoco está de más llevar agua y algo de comer,siempre teniendo en cuenta que la basura que llevas es tuya, y la tienes que llevar de vuelta.
Pero bueno, qué os voy a contar si seguro que ya tendréis todo esto en cuenta. Eso sí, si sois novatos con el senderismo podéis empezar con estos consejos.
Inicio de la ruta
Aparcamos en el Parking nº 2, en la zona que se conoce como el Parrissal. Aquí encontramos los primeros carteles informativos y un merendero.
Nosotros tuvimos la suerte de que un guía voluntario nos introdujera en la zona explicándonos el entorno y dando motivos a los más pequeños para proteger la naturaleza.
Entre muchas otras cosas, el guía nos explico que aquella había sido una zona minera antaño y que allí mismo se encontraban las centrales térmicas donde quemaban el carbón de la zona. Por lo visto el carbón que sustraían era de mala calidad y muchas trazas de azufre. Y esto fue una de las explicaciones que me llamo mucho la atención.
De quemar este carbón de mala calidad el azufre se expulsaba al aire en forma de humo. Luego, el viento, siendo normalmente de mistral, era el encargado de transportar los desechos a la zona norte de Castellón (Comarcas dels Ports y el Baix Maestrat). Allí es donde caía y arruinaba los cultivos, por ello hubieron fuertes protestas en estas comarcas en contra de las centrales térmicas.
Pues bien, hoy por hoy, después de 50 años, en toda esta zona no hay bosques, tan solo matorrales. Solo los árboles más resistentes como los olivos, las encinas o los algarrobos resisten solitarios la mala calidad de la tierra. Una muestra más del desastre humano que le provocamos al resto de la naturaleza.
Pasarelas encima de aguas cristalinas
El guía nos acompaño hasta las pinturas rupestres de la Fenellassa. Estas pinturas pertenecen al arte rupestre esquemático con una antigüedad de unos 3.500 años. Son manifestaciones de carácter simbólico y abstracto propia de pueblos sedentarios, agricultores y ganaderos de la edad de Bronce.
A partir de aquí, el guía nos recordó las normas de respeto a la naturaleza y ya nos dejo avanzar por nuestra cuenta por las plataformas de madera.
El río Matarranya se mostraba traslucido, según la perspectiva en algunos puntos parecía que no hubiese agua y los pequeños peces se mostraban volátiles, como surcando el aire.
El sendero está muy bien adaptado a pesar que en ocasiones las riadas se llevan las estructuras. Son famosas las riadas en esta zona porque la gota fría anual de finales de verano se muestra agresiva. Se recuerda en la memoria de los paisanos algunos rescates muy accidentales que se han realizado por culpa de campistas o turistas descuidados.
Els estrets del Parrissal
Llega un punto en el que dejamos el río Matarranya y sus pasarelas para seguir un sendero en el interior del bosque de pinos. Este sendero nos conduce hasta els estrets del Parrissal que se presenta faraónico, con grandes paredes que estrechan el camino del nacimiento, o más bien al revés, porque fue el río quien se abrió paso entre la roca caliza para formar este angosto paso. Conocido también como proceso karstico, como en el desfiladero de los Calderones o en el Nacedero de Urederra.
Aquí nos encontramos un punto en el que solo los visitantes más audaces pueden pasar. Hay que escalar alguna pequeña pared y atravesar las charcas de agua en equilibrio encima de troncos. Nada que no se pueda hacer con niños experimentados. Desde luego, el pasillo de roca de unos 50 metros de altura da un poco de claustrofobia pero merece la pena.
Una vez finalizan los estrechos, las paredes se separan y se puede divisar distintos puntos de paso de agua marcados en la roca desde donde se llena el estrecho. Si seguimos recto podemos llegar hasta la font del Teix, pero nosotras decidimos volver atrás y deshacer el camino hasta nuestros vehículos.
Fauna y flora
Gracias a los cuidados por parte de voluntarios y las instituciones, el río Matarranya está recuperando su población de truchas arcoiris según nos explicó uno de los guías. Aunque lo que más se veían eran barbos.
También vimos multitud de pequeñas aves como colirrojos, abubillas, cornejas y carboneros. Los más esplendidos en su vuelo los buitres, que asomaban tímidamente en los alto de los riscos.
En la vegetación destaca la mayoría de grandes pinos que existen. En algunos tramos hay bosque de galería pero muy escaso. Toda la zona está cubierta de pequeños matorrales. Toda la vegetación denota mucha resistencia, seguramente por lo mencionado anteriormente de la gota fría estival, que trae grandes cantidades de agua en poco tiempo.
Así que cuidadito si hacéis vivac o si pasáis varios días por la zona sin mirar el meteosat 😉
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Un lugar privilegiado, convertido en autopista.
Señores visitantes, cuidado al escoger establecimiento hotelero en Beceite no terminen sus excrementos junto al río, práctica habitual de uno de ellos.
STOP
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JUNTO AL RIO