Estás muy intrigad@, ¿verdad?

En primer lugar, GRACIAS por encontrar y recoger esta botella a la deriva en el mar de internet. ¡Y GRACIAS también por abrirla y seguir leyendo este mensaje!

No sé dónde la habrá conducido la marea. Tampoco puedo adivinar en qué país vives, qué idioma hablas, qué edad tienes o cuántos días, meses, años o décadas han pasado desde que arrojamos esta botella de material reciclable al océano.

Puede que cuando leas estas líneas sea ya el 2050… Es igual, todo eso es igual.

Y no. No es el mapa del tesoro. Sin embargo, en cierto modo, has encontrado un valioso cofre: un cofre de sentimientos y emociones.

Coronavirus en España
El mar te ha entregado nuestro mensaje en una botella.

Simplemente te queremos contar un gran secreto. Te vamos a desvelar por qué todos los hombres y mujeres de tu mundo renunciaron a los abrazos y a los besos hace mucho, mucho tiempo ya. Tus padres y tus abuelos todavía no te lo han contado.

¿No sabes tampoco por qué los humanos estáis obligados de por vida a llevar bozal en conciertos y eventos multitudinarios, esa horrible mascarilla que apenas deja ver vuestros ojos?

CÁPSULA DEL TIEMPO

Ahora mismo, más que un papel tienes una cápsula del tiempo entre tus manos. Aprender de tu pasado te servirá para transformar tu presente y mejorar tu futuro. Es la primera ley de la Ecología: «Todo está conectado con todo lo demás».

Por favor, viaja con nosotr@s hasta el 2 de mayo del 2020. España. Estado de Alarma. Un enemigo en común: Coronavirus o Covid-19. Lo has estudiado ya en tus libros de Historia. 25.100 muertos; 216.582 contagiados; 117.248 personas recuperadas en aquella fecha.

Coronavirus en España
El mar te entrega nuestro mensaje en una botella.

Tras 49 días de confinamiento de toda la población en sus casas, ese preciso día comienza la “Desescalada”. Una porción de libertad, sorbos de aire, bocanadas de esperanza en la primera jornada en la que los gobernantes admiten los paseos y salir a hacer deporte. Con limitaciones y franjas horarias, por supuesto.

Pero permíteme que este relato no te lo narre yo… mis 8 compañeros náufragos lo harán mucho, mucho mejor.

Vas a sentir en tu piel y en tu alma lo que ocurrió en aquella fecha histórica. Recuerda. No la olvides nunca: 2 de mayo de 2020

PERO SI HAY VIDA… (CHARO)

“09:10 de la mañana. Sorpresa en la Isla del Soto…  ¡Pero si hay vida!

Camino algo nerviosa al ver  gente, después de tantos días aislada….Gente concienciada caminando manteniendo la distancia, pero mi comienzo de tranquilidad se ve alterada por los corredores, los cuales no lo respetan como debiera y decido volver a mi refugio de seguridad pensando que debo de elegir mejor la hora de salida.

Aún así disfruté de esa sensación de campo primaveral…”

LLORO DE ALIVIO (IRIS)

«12:30. Vivo en un pueblo pequeño y tengo bosque en menos de 1 km. Allá voy. ¡Primavera lujuriosa, sol radiante, renacuajos en las charcas!

Hay muchos boletus. Me da lástima pisar, me siento culpable de estropear aquello que milagrosamente se ha recuperado gracias a nuestro encierro.

Sobre todo siento alivio. LLORO de alivio. Paseo y lloro.”

2 METROS (ONA)

“Salgo a la calle con Ona. Me pongo el bozal. El campo está verde, muchas flores, algún ciclista, algún paseante, todavía no hace calor.

Vuelvo a casa para dejar a Ona, tengo que ir al mercado. No tengo llaves, tengo las del coche. Llamo a una amiga, voy a su casa a por las de repuesto. Hace tiempo que no nos vemos. No nos besamos. 2  METROS.

2 de mayo de 2020: Coronavirus en España
2 Metros. Fotografía: Carmen Centeno

Me da las llaves, qué bonito está todo, uy, voy a coger de ese laurel, yo también que tengo poco, dos mujeres paseando con sus mordazas. 2 METROS. Nos miran, siguen su camino. Nos despedimos, adiós, adiós.

¿Qué pasa ahí? una de ellas habla y gesticula mirando para abajo, en el suelo un gurruño, se ha caído, no se levanta. 2 METROS.

Nos miramos, vamos a ver. 2 METROS. Se mueve, consigue levantarse, nos hace un gesto con la mano. Adiós, adiós”.

YA HABRÁ TIEMPO DE PASEOS

“7:20h de la mañana: pienso si sería buena hora para salir a dar un paseo. En condiciones normales, el barrio empieza a despertar sobre esa hora, así es que creo que la calle estará llena de gente, además, suenan sirenas y no me gusta.

Decido irme a la cama. Ya saldré al balcón cuando dé el sol.

13:30h Pienso: ¿Por qué los pajaritos juegan dentro del patio de luces y me estropean el perejil? ¿Están en confinamiento también?

Doy las gracias por volver a ver el sol después de los días de lluvias, frío y nublados, también por no tener vistas a la calle. Menos ruido que tape el canto de los pájaros.

Pienso en las personas cercanas que se ha llevado la pandemia, en las que quedarán con secuelas de por vida y en las que, tras unos días sin fiebre, les ha vuelto…, ¿me merece la pena arriesgarme salir por la ciudad? Claramente, no.

La próxima cuarentena me pillará viviendo en el campo”.

MI PUEBLO PARECE MÁS BONITO (CONCHA)

“2 mayo 2020. 15:30h.» En tiempos de cuarentena mi primer paseo largo. Acostumbrada a no pasear más de cincuenta metros con mi perro Niro, hoy ha sido un lujo.

Nos hemos hecho una pequeñita ruta hasta la Ermita del Viso. Fui por un camino pedestre, pero en algunos tramos no había sendero, solo margaritas y otras flores violetas, una delicia para mis sentidos.

Coronavirus en España
Primeros paseos tras el confinamiento. Fotografía: Concha Redondo

Al llegar al balcón de la Armuña que es como la llaman, el paisaje es espectacular con las tonalidades verdes, amarillas y un ligero viento. He cogido aire y he respirado como hacía tiempo que no hacía.

Una pareja joven con su hija son a los únicos que me he encontrado en la Ermita, y nos hemos saludado, cómo no.

Una suerte vivir donde vivo. De vuelta ya por el camino señalizado mi pueblo me ha parecido desde lejos más bonito que nunca. Volveremos»

LA EXTRAORDINARIA NORMALIDAD (MANUEL)

“Esta mañana raudos, veloces hemos salido de casa como chavales que salen al recreo.

Hemos paseado (sí, paseado) y este paseo lo hemos palpado, saboreado, disfrutado como si nunca lo hubiésemos hecho

¿Qué ha ocurrido para disfrutar con tan nimia situación?

La normalidad, nuestra normalidad, se ha visto truncada, cambiada, alterada y saliendo a pasear hemos recuperado algo nuestro. Un pequeño triunfo que se adivinaba en las caras, tapadas por máscaras, que se intuía en una ténue sonrisa en las personas con las que nos encontramos.

Vendrán más triunfos, victorias y recuperaremos la normalidad y con ella nuestra tranquilidad, pero, ¿con la lección aprendida?

No, no y mil veces no. Volveremos a la polución, a la contaminación, a nuestra particular rat race. Olvidándonos de estos días cometeremos de nuevo los mismos errores.”

UN OLVIDADO ENTUSIASMO (PILAR)

“7.50 de la mañana, qué emoción!!!!!! Por fin vamos a pasear. Yo he disfrutado como si fuera la primera vez que paseaba a lo largo del río.

El campo estaba precioso, se notaba que no había pasado el ser humano , y qué belleza la cantidad de flores que teníamos por todos los lados.

Hemos venido a casa con otro espíritu y pensando mañana más.

Parece mentira que algo que hasta ahora era tan normal como dar un paseo, nos haya entusiasmado tanto”.

HOY ES EL PRINCIPIO DEL FINAL (ALBA)

“Día 2 de mayo, primer día de la desescalada. Hoy por fin hemos podido salir todos a pasear. Esta tarde ha sido diferente al resto porque hemos podido disfrutar de lo lindo, nosotros y mucho más nuestros amigos de cuatro patas.

Hemos subido al monte, siguiendo el camino junto a las vías del tren, guiados por las huellas de ganado y la pisadas de algún corcel llevado por su jinete deseoso de sentir el viento en su cara.

2 de mayo de 2020: Coronavirus en España
El principio del final. Fotografía: Alba Santos

El suelo estaba embarrado. He hundido mis zapatillas pero no importa, estoy feliz. Duna ha pisado todos los charcos, cómo no, es lo que más le gusta de ir al campo. En nuestro paseo nos hemos encontrado con un ciclista. Veloz nos ha saludado.

Mientras íbamos avanzando hemos tenido el placer de encontrarnos con una familia que estaba disfrutando como nosotros del gran privilegio de poder estar ahora rodeados de tanta naturaleza.

Cuando ya regresábamos nos hemos cruzado con un par de amigos y nos hemos parado a hablar, con distancia, claro, y hemos soñado con la vuelta a la normalidad. También nos hemos dicho que en cuanto se pueda vamos a preparar todos juntos una barbacoa.

Son pequeños privilegios de la vida en las aldeas: el poder perdernos por esos caminos en el monte que sabes cuando subes pero no cuando vas a bajar. Ahí arriba no pasa el tiempo y la paz es inmensa.

Llegarán más paseos, siguiendo los senderos de hayedos, ahí donde no respiras miedo.

Hoy es el principio del final. Poquito a poco vamos a conseguirlo”.

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