FICHA TÉCNICA
Recorrido: Alto de la Farrapona – Lagos de Saliencia – Lago del Valle – Alto de la Farrapona
Identificación: PR-AS 15
Distancia: 22,65 kilómetros
Circular: SI
Dificultad: Moderada (distancia)
Tiempo total: 8,5 horas
Tiempo en movimiento: 7,5 horas
Cota máxima: 1.814 metros
Cota mínima: 1.470 metros
Desnivel máximo: 952 metros
Recomendable con niños: NO
Recomendable para inexpertos: NO
Mejor época: Primavera, Verano y Otoño.
– ¿Los Lagos Bachalpsee?
– Nooooooo. ¡Los Lagos de Saliencia!
– ¿Suiza?
– Noooooooo. ¡Asturias, montañer@s!
En esta ocasión la mejor campaña de publicidad patria se ha quedado corta, muy lejos de la grandiosa e indescriptible realidad. El Coronavirus nos ha empujado a descubrir nuestros tesoros más cercanos, nuestras perlas de casa, nuestras joyas domésticas. ¡Y vaya joyas!
Los Lagos de Saliencia se sitúan en pleno corazón del Parque Natural de Somiedo, en el sur de Asturias, en la frontera con Castilla y León. Este ecosistema es lo más parecido al paraíso sobre la faz de la tierra.
Sus cuatro lagos de origen glaciar (Cueva, Calabazosa, Cerveriz y La Mina o Almagrera) fueron declarados Monumento Natural y forman parte de la Reserva de la Biosfera de Somiedo.
De todas formas si te gusta la objetividad, mejor no sigas leyendo. Somos absolutamente subjetivos con esta tierra, bendecida por los dioses, que nos tiene completamente subyugados, a sus pies, platónicamente enamorados.
El “verde Asturias” es inigualable; la simpatía de sus gentes sencillamente indescriptible; su naturaleza no tiene parangón; la sidra es la bebida que sirven las walkirias y el oso pardo nos parece el animal más bello del planeta. ¡Ah, y su cachopo es su mejor bandera gastronómica allende los mares!
Patear las montañas de Asturias siempre es sinónimo de sonrisas y buen rollo. Siempre.
Inicio de la ruta
El aparcamiento del Alto de la Farrapona es el Kilómetro Cero de todas las rutas por la zona. Desde allí hay que seguir la senda marcada como Ruta de los Lagos o PR-AS 15.
El primer kilómetro es de bajada, enmarcado por cortados de roca, y con unas impresionantes perspectivas del Valle de Saliencia, tomado por la niebla, que comienza a batirse en retirada ante la valentía del sol.
El camino está bien marcado, pero pronto empieza a apuntar hacia el cielo, en una tendida ascensión para ir bordeando, uno por uno, los primeros regalos visuales de la excursión, todos en forma de lagos.
El primero en hacer su aparición en escena es el Lago de la Cueva, de aguas coloreadas por los vertidos de la explotación minera que hubo en sus alrededores.
Seguimos por la pista de la mina, con un desnivel importante, en una subida en zigzag de un kilómetro y medio que nos regala las primeras imágenes panorámicas de la zona.
Aparece la Laguna de Almagrera o de la Mina, seca en verano y convertida en una bella pradera, pero espectacular durante el resto de estaciones.
Lago Cerveriz
Al fondo se divisan los picos Albos (2.109 m.) realmente imponentes en lontananza. Luego el Lago Cerveriz (a 1.738 metros de altitud sobre el nivel del mar) se sucede como en una película de ciencia ficción, en una especie de ensoñación. ¿Toda esta belleza existe o estamos en mitad de un paréntesis onírico?
Después toca consultar el mapa para buscar el escondido Lago Calabazosa o Lago Negro (1.728 metros), quizás el más hermoso de esta primera tanda. Su visión nos deja sin palabras.
El silencio es nuestro mejor reconocimiento. Es el de mayor profundidad de todos ellos. De negro solo tiene el nombre. Es todo un regalo para los amantes de la fotografía por los tonos turquesas, verdes y azulados que ofrecen sus aguas.
Lago del Valle
Faltan aún otras dos horas de ruta hasta el punto final. Tras una parada para hidratarnos, hay que continuar recorrido ascendiendo varios collados donde decenas de vacas pastan y descansan en sus dominios.
Desde el punto conocido por los montañeros como La Bañera, por fin ha llegado la hora de descender durante 45 minutos para visualizar el gran premio de la ruta, el destino final: el Lago del Valle.
Puede presumir de ser el mayor lago de toda la Cordillera Cantábrica. Tiene unos 2 kilómetros de perímetro y se encuentra encajado en un impresionante circo glaciar, rodeado de cimas que superan los 2.000 metros de altura.
Sus aguas, gélidas en invierno, conceden un fresco alivio a los pies cansados en verano.
Toca reponer fuerzas. Hay que comer algo porque falta desandar el camino. Por delante aún quedan 4 horas ó 4 horas y media en un recorrido rompepiernas, no apto para domingueros, pisaprados o senderistas de sillón.
El Principado de Asturias nos ha conquistado. Amenazamos con volver. Será pronto. Muy pronto…