FICHA TÉCNICA

Recorrido: Platja del Racó – Illa Roja – Sa Riera
Identificación: Camino de Ronda en Begur
Distancia: 5,08 kilómetros
Circular: NO (lineal de ida y vuelta)
Dificultad: Fácil
Tiempo total: 2 horas
Tiempo en movimiento: 1,5 horas
Cota máxima: 108 metros
Cota mínima: 4 metros
Desnivel máximo: 104 metros
Recomendable con niños: SI 
Recomendable para inexpertos: SI
Mejor época: Todas 

¿Quieres conocer un secreto? ¿Te apetece descubrir los rincones ocultos del Caribe español, sus calas más espectaculares y solitarias?

Si la respuesta es sí, estás en el lugar adecuado. Te invitamos a recorrer con nosotros el mágico litoral catalán y a gozar de los cortados, de los precipicios, del mar color azul turquesa de la siempre sorprendente Costa Brava.

Y lo vamos a hacer gracias a unos senderos cargados de belleza, protagonistas de muchas historias y leyendas: los Caminos de Ronda.

Su historia

Los Caminos de Ronda (Camins de Ronda) son los senderos que discurren a lo largo del litoral de la Costa Brava, desde Blanes a Portbou.

Son itinerarios que unen las diferentes poblaciones, calas y playas situadas a lo largo de la zona costera y permiten descubrir y paladear rincones increíbles de la comarca.

Estas sendas se popularizaron en los siglos XIX y XX ya que fueron los trayectos que utilizaban la Guardia Civil y los carabineros para controlar las actividades ilegales, de contrabando y estraperlo, que se llevaban a cabo en el litoral gerundense con el país vecino: Francia.

También fueron de gran utilidad para los pescadores, ya que en caso de atracar en otro puerto o fondear en otra cala, podían regresar a sus casas caminando.

Contrabando y estraperlo

Durante la postguerra, especialmente entre 1940 y 1958, por estos caminos se hizo contrabando y estraperlo con todo tipo de mercancías: azúcar, pimienta, café, chocolate, maquillaje, bisutería, medicinas, lencería o ropa de seda, entre otros muchos productos.

Pero sin duda fue el tabaco , especialmente marcas tan conocidas como Lucky, Phillip Morris, Winston o Chesterfield, el bien más preciado de todos.

Begur

Begur es una ciudad medieval y uno de los enclaves más espectaculares de toda la Costa Brava debido a su arquitectura, a sus calas de colores turquesas y a todo su entorno natural rodeado de pinares.

Esta hermosa localidad gerundense cuenta con 20 kilómetros de costa y presume de ocho calas totalmente distintas, con colores y paisajes muy diferentes.

El litoral de Begur es indescriptible, con una belleza salvaje, marcada por su costa abrupta y sus acantilados de vértigo.

Las calas de este municipio se enlazan entre sí a través de caminos de ronda lineales, perfectamente señalizados para disfrutar de un paseo agradable y seguro. Eso sí, están repletos de escaleras, necesarias para superar el contorno de esta escarpada costa.

Platja del Racó

Vamos a realizar un único y breve tramo en Begur, el que discurre entre la Platja del Racó y Sa Riera pasando por la famosa Illa Roja.

Para llegar al punto de inicio en coche hay que seguir en todo momento las indicaciones hacia la Playa de Pals y más en concreto los carteles que marcan Platja del Racó y Playa Illa Roja.

Encontrarás bastantes zonas de aparcamiento de pago en el paseo marítimo del Racó, así que es el mejor punto para empezar esta ruta lineal de ida y vuelta junto a los acantilados.

La Platja del Racó es una playa extensa de arena fina, localizada en el extremo sur de una de las bahías más largas de toda la Costa Brava.

Hay que seguir el camino sobre un conjunto de rocas grandes y aplanadas en dirección a una de las playas más hermosas de España, un paraíso para los amantes del nudismo y un lugar idílico: la mítica Cala de Illa Roja. La encontraremos a unos 5 minutos a pie desde el inicio del sendero.

Atención porque lla Roja es una concurrida playa nudista y en la roca del camino de entrada verás un cartel donde se recomienda no tomar fotos de cerca.

Illa Roja

En Illa Roja destaca por su forma, belleza y tamaño una descomunal roca rojiza, de donde le viene el nombre, con un frondoso bosque de pinos que decoran su cima.

Disfruta de las vistas. Respira profundamente. Relájate. Desconecta del mundanal ruido. Eres todo un privilegiado. Te encuentras en un verdadero oasis en plena naturaleza, donde se combinan los colores bermellones de sus rocas con los tonos verdosos de la vegetación y el azul turquesa de sus aguas.

Anecdóticamente, debido al movimiento de las mareas, la imagen de esta cala es cambiante a lo largo del día. Puedes encontrarte Illa Roja unida a la tierra o, en cualquier otro momento, prácticamente aislada como flotando cerca de la arena.

Tras atravesar un pasillo junto a la pared, hay que ascender la montaña a través de un empinado trayecto de escalera. No es hora de competir. Haz las paradas que necesites para coger aire y aprovecha cada descansillo para grabar en tu retina y en el sensor de tu cámara las vistas espectaculares desde esos miradores.

La escalera junto al acantilado es bastante cómoda y apenas necesitarás 10 minutos de esfuerzo para llegar a la cima. Allí te espera una gran recompensa visual, ya que desde lo alto disfrutarás de un espectacular balcón sobre la bahía.

Sa Riera

Una vez superada la zona más elevada del recorrido, es hora de comenzar el descenso hacia la Playa de Sa Riera por un camino bien cuidado, paralelo al mar.

Al terminar la bajada encontrarás un cenador donde se sitúa la pequeña Cala del Rei o Playa de Ses Llunes, separada de Sa Riera únicamente por la punta rocosa de Faralló dels Frares.

 

Has llegado a tu destino: la extensa playa de Playa de Sa Riera, la más grande del municipio con unos 300 metros de longitud. Es hora de darse un merecido baño o de sentarse a descansar en las terrazas de sus bares o restaurantes.

Si no te gusta la masificación y prefieres un rincón más tranquilo, puedes caminar unos minutos más hasta el extremo sur de la playa. A unos 150 metros se encuentra la Playa del Port des Pí, una coqueta playa de unos 25 metros, bañada por unas aguas mansas y cobijada por un pinar.

Has completado la mitad de la ruta, unos 2,5 kilómetros hasta aquí. Ahora te falta regresar por el mismo camino y disfrutar de cómo cambia la luz sobre los acantilados, perfilando mil y un colores diferentes en el agua del mar.

También tienes la opción de regresar por otro camino, pero no te lo aconsejamos ya que es carretera y caminar sobre asfalto nunca es agradable.

El trayecto total de este sendero lineal de ida y vuelta consta de unos 5 kilómetros de recorrido, pero con un grado de disfrute “nivel paraíso”.

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Eduardo Cid Calvo
Juntaletras profesional. Mis dos grandes debilidades son las croquetas caseras y las sonrisas naturales. Coquer es el ángel dorado que me cuida. Sueño con una furgo camperizada.
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PULI

¡Qué sugerente para un dia de verano!!! Habrá que pensar en tirar parriba, jajajajaja